Casi a tiempo de terminar el bachillerato artístico estaba inflamado de una enorme pasión por la pintura, había dibujado como un loco toda mi vida hasta el momento, pero ahora me importaba, esperaba toda la semana los dos días en que teníamos historia del arte, en especial si hablaríamos de pintura. Para ese entonces dos años enteros de clases de violín habían transcurrido y la cosa no iba muy bien (como músico era excelente dibujante, aunque tampoco lo fuera). Lo cierto es que el dibujo siempre me había llenado, pero nunca lo había valorado como entonces.
Lo decidí sin problemas, el violín quedaría en segundo plano, quería hacer serio lo mío: el dibujo. Muchas cosas pasaron entre medio, comencé a trabajar, pase por la escuela Figari un tiempo y no me satisfizo. Lo cierto es que me la pasaba dibujando como un loco, en casa, de forma autodidacta, me proponía retos, ejercicios, los superaba. Leí mucho más sobre pintura en dos meses que lo que había leído en mi vida entera, y así iban las cosas.
Y aquí explicaré a que se debe el título. Había llegado a una certeza, mi primer tema sería el desnudo, y también (confieso) mi primer amor en la representación más o menos realista. Entonces conocí a Rogelio Osorio, casi por casualidad encontré un artículo de EL PAIS en el que se hablaba de su trabajo como artista, y para mi suerte allí figuraba el teléfono. Así comencé a trabajar en su taller, donde trabajé por primera vez con modelo vivo. Todo aquello era lo que estaba buscando, allí concebí el desnudo como una forma de arte.
Solo una pequeña anécdota que me gusta, a continuación dejo algunos dibujos que realicé en el taller de Osorio, algunos son del 2010 y otros del 2011. tambien difieren los que son de pose rápida y los que han sido poses más largas.
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario